Somos muchos los que ya tenemos claro que el mejor lugar para pasar una resaca dominguera es el sofá, o en su defecto la cama. Después de una noche de excesos, paracetamol, reposo y mucha agua son todo lo que nuestro cuerpo puede manejar.
Pero también existe mucha gente que se plantea la opción de salir a hacer deporte. Con el afán de vencer los dolores y malestares que nos deja la intoxicación alcohólica, calzarse las zapatillas y vencer a la pesadez, la fatiga y el mareo y moverse un poco para ayudar a la recuperación haciendo alusión a la frase popular ”así sudas el alcohol”.
Lo cierto es que, aunque esto pueda parecerlo, no es en realidad una muy buena idea. Resaca y deporte no se llevan demasiado bien y en este caso lo mejor es hacer caso a los instintos y dedicar el día a descansar.
Lo que le hace el alcohol a tu cuerpo tiene muchos efectos sobre nuestro organismo, y ninguno de ellos es bueno. La resaca del día siguiente es uno de ellos, el más evidente a corto plazo. Cuando bebemos mucho alcohol, el cuerpo tiene que poner a trabajar a toda velocidad el hígado y los riñones para sintetizar las moléculas de alcohol y convertirlas en otras sustancias que el cuerpo pueda procesar y desechar. Para ello, necesitan cantidades adicionales de agua. Eso provoca esa tendencia a orinar más que sentimos cuando bebemos y también la sensación de deshidratación que notamos a la mañana siguiente y que es responsable de gran parte de los síntomas de un buen hachazo.
Uno de los motivos por los que empeñarse en entrenar a la mañana siguiente no es una buena idea es el mayor riesgo de deshidratación ya que nuestros niveles de hidratación durante una resaca ya se encuentran en niveles más precarios de lo habitual, y hacer deporte puede empeorarlos. Al hacer deporte y sudar, seguimos perdiendo líquidos.
Esto no es un riesgo grave habitualmente porque se trata de una deshidratación moderada y luego podemos beber agua para recuperar esos líquidos. Pero si a eso añadimos la deshidratación de la resaca, las sensaciones pueden ser aun más desagradables.
Lo mejor que puedes hacer si tienes resaca por pasarte un poco con el alcohol(o no) es darle un día de descanso a tu cuerpo. Mantente tranquilo, bebe muchos líquidos (apuesta por el agua, los tes, las bebidas isotónicas y no por refrescos azucarados que te darán todavía más sed) y dale a tu cuerpo una buena ración de fruta y verdura que te ayudará no solo a reponer líquidos sino también a recuperar a tu estómago, que también tuvo que lidiar con el alcohol anoche.
Si no llegas a tener resaca
A lo mejor anoche saliste de copas pero no llegaste a emborracharte. Como resultado, hoy estás más cansado pero no llegas a tener una resaca como tal. En ese caso, quizá un poco de deporte sí te siente bien, te ayude a despejarte y a recuperar el ánimo. Prueba con un entrenamiento suave, una carrera fácil, un paseo en bici o un entrenamiento ligero en el gimnasio. La clave está en prestar atención a tu cuerpo, entender qué le puede sentar bien y qué no, y no empeñarte en entrenar a toda costa si lo que tu cuerpo necesita es quedarse en la cama para recuperarse de los excesos ya que esto puede traer consecuencias y lesiones graves.